No sabría decir cuándo oí hablar de los Scouts por primera vez. Se trataba, sin duda, de uno de los temas más comentados por mis compañeros de clase, sobre todo a principios de curso, cuando el campamento de verano era "trending topic".
Así que decidí sumergirme en aquel mundillo desconocido, para poder experimentarlo de primera mano. Unos cuantos años después, miro atrás y me doy cuenta de que aquella decisión fue una de las más acertadas de mi adolescencia. He entendido, entre otras cosas, que ser Scout engloba unos valores fascinantes; es, a fin de cuentas, una actitud de vida.
RATÓN COMPROMETIDO
0 comentarios:
Publicar un comentario