Conoces a alguien. Puede que sea la primera vez que interactúas con él, puede que ya hayas hablado antes. Y lo sientes.
Justo en la garganta, luchando por salir. Y en tu mente, filtrando cada uno de tus pensamientos. La conversación fluye entre vosotros y cada vez se te hace mas difícil contenerlo. Cada vez ocupa más espacio.
Lo llevas escrito en la mirada, ¿cómo no se da cuenta?
Finalmente, explotas: '¡soy Scout!'
Las reacciones son variadas, pero el mensaje es el mismo: ser Scout no se limita sólo a ti, sino que afecta a todo aquel a tu alrededor.
PANTERA EXPECTANTE
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