sábado, 13 de abril de 2013

CRACK

Es obvio que cada individuo es dueño de su propia vida, somos nosotros los que tomamos las decisiones que rigen nuestros actos y nuestras conciencias las que nos dictan qué es correcto hacer en cada momento.

Sin embargo, es evidente para todos que hay aspectos de nuestra existencia que no somos capaces de controlar. Sería más que interesante tener el don de predecir el futuro y poder así evitar cualquier desgracia que se cerniera sobre nosotros; sin embargo, no tenemos esa suerte.

He decidido escribir acerca de esto incentivado por dos hechos. El primero es el impacto que produjo en mí unas palabras que llegaron a mis oídos a través de una persona cuyos consejos aprecio en gran medida. Son las siguientes: “El conjunto de sucesos y circunstancias que conforma nuestras vidas no ocurre fortuitamente, sino que cada una de las cosas que nos pasa tiene un fin: extraer un aprendizaje concreto de ello”. No reflexioné demasiado sobre esto hasta que el segundo de los hechos a los que hago referencia tuvo lugar: Tuve la mala suerte de sufrir una fractura en la tibia de la pierna derecha mientras jugaba al fútbol: tras realizar un salto, hice un mal apoyo y mi pierna no resistió. Crack.

La pregunta que surge es, ¿mi lesión fue simplemente fruto de una mala caída o me ocurrió porque tenía que aprender algo, porque era necesario que abriera los ojos y descubriera algún aspecto de mi vida que no había sabido percibir en su totalidad hasta entonces?

Seguramente, aquellos que alguna vez hayan estado en una situación parecida a la mía sepan a lo que me refiero. Entre otras cosas, mi fractura me ayudó a darme cuenta de quienes eran realmente las personas a las que les importaba, o de que tenía que dedicarle un poco más de tiempo a mis estudios.

En definitiva, lo que quiero decir con este ejemplo es que no hay que centrarse en los aspectos negativos de las circunstancias en las que nos encontramos inmersos en un determinado punto de nuestras vidas, sino que, por el contrario, es más que recomendable analizar detenidamente qué es lo que podemos aprender de esas complicadas situaciones en las que, a veces, es más fácil poner mala cara que articular una sonrisa.

RATÓN COMPROMETIDO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

seguro que el predecir el futuro seria una suerte? Supongo que solamente haya sido una frase hecha pero tenemos que tener cuidado con lo que decimos... Si hubieses podido predecir tu lesión quizás la hubieses evitado y por tanto te habrías perdido la gran enseñanza que te ha reportado...

Clan Khronos dijo...

Cierto :) efectivamente, era una frase hecha a forma de introducción, pero tienes razón.
Principalmente, lo que quería transmitir con esta entrada es que de todo, incluso de las cosas malas, es posible extraer un aprendizaje positivo que nos permita seguir creciendo.
Pero muchas gracias por tu comentario ;)

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