domingo, 17 de noviembre de 2013

Nuestro mayor miedo

Hoy os traigo un vídeo de la película "Coach Carter". Esta película está basada en la historia real del entrenador de baloncesto del Richmond High School, Ken Carter. Un hombre que cogió al descarriado equipo de los Richmond Oilers y lo convirtió no sólo en un equipo ganador sino también en un grupo de jóvenes con un futuro académico y alejado de las calles. Eso si, utilizando unos métodos poco convencionales y muy estrictos.

En el momento del vídeo los padres le han obligado a que deje jugar a sus hijos por lo que el entrenador Carter no está de acuerdo y dimite.


" Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo; no hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños; no es cosa de unos pocos, sino de todos.

Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros. Señor quiero darle las gracias, me ha salvado la vida"

LOBO AFABLE


1 comentarios:

León Confiado dijo...

Qué gran vídeo... a más de uno le sonará esas frases de este verano en un río.
Sea como sea os paso un poquillo de información sobre ellas, ya que han sido famosas en otro momentos y su origen es anterior a la película:
"Investigando un poco sobre esas frases encontré que eran bastante anteriores a la película. La autora de las mismas fue Marianne Williamson, en su libro "A return to love" y el gran Nelson Mandela las hizo famosas al usarlas en el discurso inaugural de su presidencia. Os las líneas originales.

Ahora son tuyas:

Nuestro mayor temor no es el no estar a la altura.
Nuestro mayor temor es que somos poderosos sin medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, genial, fabuloso?
Pero en realidad... ¿quién eres para no serlo?
Eres un hijo de Dios.
El hacerte pequeño no le sirve al mundo.
No hay sabiduría en encogerse para que la gente no se sienta insegura a tu lado.
Todos estamos destinados a brillar, como brillan los niños.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está en nosotros.
No solo algunos de nosotros, sino todos.
Y cuando dejamos que nuestra propia luz brille, inconscientemente le damos permiso a otros para hacer lo mismo.
Al liberarnos de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros."

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